Planificar tus comidas puede ayudarte a organizarte y ahorrar tiempo y dinero. 

Planificar las comidas es una forma estupenda de mejorar tus preferencias alimentarias, elegir opciones sanas y nutritivas y evitar el desperdicio de alimentos. 

He aquí algunos consejos sencillos. Ponte a prueba empezando a seguir una o varias de estas recomendaciones:

  • Averigüa lo que tienes. Echa un vistazo a tu frigorífico, armarios y nevera. Puedes ahorrar dinero utilizando lo que ya tienes en las comidas planificadas.

  • Anotar las comidas semanales puede ser útil. Dedica unos minutos a pensar y planificar lo que te gustaría desayunar, comer, cenar y merendar. Anotando tus comidas semanales podrás hacer fácilmente una lista de la compra. Con la planificación semanal no decides en el último momento qué preparar, te aseguras de tener los ingredientes necesarios de antemano y ahorras tiempo y dinero. Guarda esa lista y ve añadiendo artículos a medida que se vayan acabando.

  • Define un día concreto de la semana para crear esa lista de la compra de alimentos e ir a comprar.

  • Ten en cuenta el factor »tiempo» cuando elijas qué comidas quieres preparar, sobre todo cuando tengas poco tiempo. Las recetas que lleven más tiempo pueden prepararse durante los días libres.

  • Tu objetivo puede ser elegir un día a la semana para hacer la mayor parte de la comida (y luego congelar), o probar una receta nueva. Planifica cocinar suficientes raciones para que haya sobras que puedas utilizar más tarde. Haz comidas más grandes y congélalas para que, en los días de más trabajo, puedas simplemente calentar y servir.

  • Las bebidas pueden equipararse a la comida o la cena en cuanto a su contenido calórico y también aportan nutrientes. Los batidos caseros y otras bebidas cremosas pueden ser una solución como «sustitutivo de comida» para esos días ajetreados en los que no hay tiempo ni siquiera para almorzar.