Normalmente, cuando fichamos y nos sentamos en nuestro escritorio no prestamos mucha atención a cómo se apoya nuestro cuerpo en la silla y en el escritorio que tenemos delante. El riesgo es madurar una postura incorrecta que dañará nuestro cuerpo, a largo plazo. 

Una postura incorrecta se caracteriza por:

  • protracción de la cabeza hacia delante
  • actitud cifótica y rotación interna del húmero
  • retroversión de la pelvis
  • pérdida de la lordosis lumbar natural

No sólo eso: según la ley de Alf Neckemsom, de hecho, dependiendo de la posición que adopte el cuerpo (de pie, tumbado o sentado) varían las presiones interdiscales, es decir, las presiones a las que se someten diariamente los discos intervertebrales de nuestra columna vertebral, en particular a nivel lumbar. Si suponemos que una persona de pie ejerce una presión del 100% sobre la columna vertebral en relación con su peso, esta presión cambia en función de la posición que adopte a lo largo del día: 25% de presión si está tumbada en decúbito prono en relación con su peso, 140% de presión si está sentada, 220% de presión si está en actitud cifótica, es decir, inclinada hacia delante…

Hablando de movimientos cotidianos, según un estudio publicado por un equipo de New York Spine Surgery and Rehabilitation Medicine3 se afirma finalmente que la excesiva tensión de la curva fisiológica del cuello, con la protracción de la cabeza hacia delante durante el uso de smartphones, tablet u ordenador, supone una carga pasiva sobre las vértebras cervicales de entre 27 y 60 kg, dependiendo de la posición asumida.

¡Prestemos atención a cómo nos movemos y cómo tratamos nuestro cuerpo!